lunes, 21 de enero de 2008

CAMPAÑAS ELECTORALES. ¿MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA?

Los ciudadanos se disponen a presenciar el gran espectáculo circense, abnegados al "Pasen y vean" observan la llegada de los malabaristas, que mantienen un efímero equilibrio sobre una cuerda imaginada los prestidigitadores que con su magia convierten la nada en un cofre repleto de tesoros prometidos, los domadores que adormecen a las fieras sin utilizar el látigo, desde los micrófonos sombríos de los púlpitos, y como no los payasos, engalanados de los más grotescos disfraces, provocando bostezos sin destino.
Bajo la carpa retumban los tambores de una orquesta incansable que repite los acordes de una melodía desafinada.
La campaña electoral está servida.
Los electores, el conjunto de hombres y mujeres que representan el poder de la democracia y sus valores esenciales, quienes deberían ser los protagonistas entusiasmados de un proceso que culmina en un acto de decisión simbolizado en el voto y representa el futuro, los electores se convierten en taciturnos espectadores de una tragicomedia circense.
Una campaña electoral, es solo el desenlace de una AVENTURA, que se desarrolla durante los 365 días de cada uno de los cuatro años de una legislatura.
La campaña electoral es el resumen, la sintesis de todo ese periodo, la forma de rendir cuentas ante la ciudadanía de forma honesta y el momento en que los partidos tienen la oportunidad, legítima de trasmitir sus ideas de forma más intensa e incluso tienen la obligación moral de impregnar de ilusión a los ciudadanos y ciudadanas con proyectos y soluciones de futuro y de progreso, de bienestar. Los partidos tienen la responsabilidad de procurar la salud de la política, mantener en alta estima sus valores y potenciar la participación de los electores, su fe y sus esperanzas y sueños colectivos.
Pero esto no es así, todos lo sabemos, las campañas electorales trascurren por ese otro lado de la iconografía circense, donde no hay límites para improvisación más burda, para las propuestas más disparatadas, y comienzan a fluir las mentiras más chavacanas a través de los elixires de las "promesas".
Tal vez convencidos de que los electores, los ciudadanos y ciudadanas son facilmente manipulables, carecen de sentido crítico y toman sus decisiones de forma impulsiva dejandose seducir por sus trucos de ilusionistas enlugar dehacerles participes de la ilusión de sus ideas (posiblemente porque carecen de ellas.
Debo reconocer que en este panorama triste y aburrido, me está sorprendiendo de forma muy positiva la estrategia electoral del PSOE y los recursos personales del Presidente del Gobierno José Luís Rodriguez Zapatero, que trasmiten un aire fresco, innovador, positivo. Y que sin olvidar las herramientas que proporciona el Márketing Electoral (la Investigación, las estrategias de comunicación....), han humanizado esta campaña, la han acercado a los ciudadanos y ofrecen ideas, proyectos, bienestar e ilusión.
Desgraciadamente en otras casas se obstinan con el espectáculo circense.
Pero a día de hoy, la casa de Zapatero, ofrece una imagen seria, creible y comprometida.
Ojala haya buenos tiempos para la lírica